¿Qué hacer con los pensamientos intrusivos?
Seguramente (le ha pasado a muchos) te has sentido mal por un pensamiento que te llegó de quien sabe dónde y que te termina acompañando durante el resto de tu día. Normalmente, son pensamientos muy desagradables, que tienen la forma de recuerdos, imágenes o frases que nos decimos o nos han dicho alguna vez.
Lo más difícil de manejar con estos pensamientos (que se sienten como intrusivos), es que poco o nada sabe uno qué los ocasionó, y lo peor de todo, es que son muy difíciles de sacar de la mente.
¿Qué hacer con esos pensamientos intrusivos?
Lo primero que debe entenderse es que ponerse en una lucha por evitar que estos pensamientos sigan apareciendo es una cosa inútil. Lo es porque, creámoslo o no, mientras más luchemos, mas dificil es quitarse eso de la cabeza. Es como darle más fuerza y poder a ese pensamiento.
Pongamos un ejemplo: luego de un fracaso, una experiencia de haber sentido que nos fue mal en un proyecto, sobreviene un pensamiento: “No sirvo para nada”.
“No sirvo para nada” es como un pensamiento que te persigue durante toda la tarde, sin que sepas muy bien qué lo ocasionó. Solo sabes que es un pensamiento que te acompaña, y que te hace sentir como si, realmente, no sirvieras para nada.
Ante esto, una pregunta muy útil a hacerse es: ¿Qué pasaría si ese pensamiento nunca hubiera llegado? ¿Qué pasaría si no estuviera pensando eso en ese momento?
Hacerse esa pregunta permite a la persona desconectarse de su problema y conectarse con otras cosas. Esto es de ayuda, ya que permite que se pueda vivir mejor el aquí-y-ahora.